Poemas recomendados de Venezuela

Poemas recomendados de Venezuela

“Venezuela, tierra de contrastes y rica diversidad, ha dado origen a una vasta tradición poética que refleja la multiplicidad de sus paisajes, culturas y experiencias. Entre los poemas recomendados que destacan la esencia de esta nación se encuentran obras de reconocidos poetas venezolanos.”
Juan Beroes

“Pregúntale a ese mar”

Pregúntale a ese mar donde solía

llorar mi corazón, si por su arena,

con dulce silbo de veloz sirena,

cruzó la virgen que me viera un día

 

contar los granos de la arena mía.

Y a esa virgen nocturna de serena

vestidura lunar, túrgida y llena,

pregúntale si el mar que la veía

 

despedirse llorando en mi memoria,

escribió por la arena aquella historia

con su pulso de espuma, triste y suave…

 

¡Tú también, corazón, ve a la ribera,

y con voz de esa brisa que te oyera,

pregúntaselo al mar, que el mar lo sabe!

Humberto Tejera

“Loanza a la soledad”

Comienzo a amarte, soledad dormida,

que vas llenándome insensiblemente

todo el desierto mundo de mi vida.

 

Bruma otoñal, tu sombra indiferente

invade mi recóndita morada

y en ella va fundiéndose mi frente.

 

Ni el sueño de la vida ya pasada,

ni el afán de la dicha prometida,

oh, soledad, ya nadie puede nada.

 

Contra esta narcótica bebida

en un mal muy amargo diluida,

que me dieron tus manos a beberla.

 

Tú me echaste en mi vino tu gris perla

de lento olvido, de humildad huraña.

No quiero ya mi soledad perderla.

 

Sentado sobre el umbral de mi cabaña

mientras llueve en los campos, mientras llueve,

de sombra y paz mi espíritu se baña.

 

De paz y calma mi razón se embebe.

Por nadie ahora mi quietud dejara,

por nada mi cansado pie se mueve.

 

Mi corazón esenio se declara

vacío de las férvidas pasiones.

¡Pon en él tu agua pura, tu agua clara

soledad, pon en él tus bendiciones!

Kira Kariakin

“Nuevos Arbitrios”

Tengo expectativas

soterradas

rostros de gente nueva

se suceden con el pasar de los días

 

otras energías

otros nombres

no sé si me acompañan

o drenan

no sé si me dan

o amarran

 

ese no saber me indispone

tengo la compulsión de la huida

 

mis pies se disuelven

la voz intenta un grito

quiere matar mis ahogos

 

me quedo en el punto

de la imposibilidad

a la espera

de nuevos arbitrios

Lydda Franco Farías

“De poemas circunstanciales (1965)”

No nací para ocupar un espacio y nada más.

Ignoro cuál será mi participación.

 

Me tocó ser mujer y no me quejo,

me tocó caer en la humedad del tiempo,

en la inhóspita sequedad de los caminos

pero aquí me quedo

entre escombros y desperdicios.

Destruyan mi epidermis resentida,

despedacen mis sueños, mi alegría,

aniquílenme

mas no pretendan sancionarme

porque un día aparecí sobre la tierra

y tuve voz y grité

y tuve fronteras y no quise despertar sin ellas

y tuve armas y allí están

perfiladas, inmóviles, ariscas.

Alfredo Silva Estrada

“En los umbrales”

En los umbrales

Ante puertas erectas

No hay desgaste

apenas plenitud

Ni barniz cuarteado ni leño carcomido

Ni rostro oculto tras el rostro

Serenidad apenas

Nadie insinúa en la noche

Los relieves del día no vivido

Nadie graba en lo oscuro

Borrosos frutos

Estás allí erguido como nunca

Bajo las vetustas arcadas

Y los puentes de un antes que se esfuma

Estás allí

En todos los lugares comunes rezumantes

Los sexos

En recios extravíos y entre los surcos suavizados

¿Quién lo afirma junto al ciprés más hendido y tanta hierba inquebrantable?

Frente a frente posible

Por este día en vislumbres que se arriesga en el júbilo